jueves, 4 de febrero de 2010

"El Cargo Más Estúpido de Todos"



Cuando senti sobre mí la sombra de la política hacia finales de 2001, pensé que si entraba, sólo podía ser en un proyecto en el que creyera y nunca en un cargo como el de Vicepresidente. EL CARGO MAS ESTUPIDO DE TODOS (resaltado nuestro), pensaba y decía. Un cargo con un solo objetivo, el de la sucesión, con pocas atribuciones claras, a medio camino entre el Ejecutivo y el Legislativo, bastante desairado a largo de nuestra historia. Afrontaba además el alto riesgo de generar conflictos con el Presidente e impedía por prescripción constitucional aspirar a la presidencia por diez años…… (Carlos D. Mesa, Presidencia Sitiada, pag. 33)


A propósito de un artículo publicado por Carlos D. Mesa, ex Presidente y ex Vicepresidente de la República, (cargo desempeñado que conviene recordar para el sentido de las siguiente palabras), resulta verdaderamente paradójico y claramente contradictorio que el Señor Mesa haya criticado “al cargo más estupido de todos” precisamente por su falta de contenido competencial y ahora resulta ser un gran defensor precisamente de la antigua normativa constitucional que daba a la vicepresidencia “pocas atribuciones claras” según sus propias palabras. Evidentemente el antiguo precepto constitucional mal podía defender o representar garantía de ninguna mínima independencia o coordinación de poderes. Y esto básicamente porque la pretendida independencia de la Vicepresidencia, por ser cabeza del Legislativo, era tan solo una quimera por su pecado original: su accesoriedad y supletoriedad a la Presidencia propiamente dicha. El Vicepresidente se elige conjunta e inseparablemente, en la misma lista electoral, que el Presidente, por lo tanto intentar que la figura de un Vicepresidente asuma una suerte de figura censora o independiente y autónoma del Poder Ejecutivo es simplemente caer en una ingenuidad llamativa. El vicepresidente ha sido, es y será una figura más del poder ejecutivo por mucho que la antigua o la actual Constitución le hayan otorgado, por obra y gracia del espiritu santo, el ser cabeza de otro Poder con unas funciones totalmente distintas a las del Ejecutivo.

Y en la antigua subestimación y infravaloración normativa hacia el Vicepresidente se escondia más que todo la constante inquietud y recelo que tenía el Presidente sobre su segundo de a bordo. Por esta razón para evitar que le muevan la silla a los Presidentes se perfiló una Vicepresidencia de perfil bajo, una quinta rueda del carro que solo es utilizada cuando el Presidente hacía giras turisticas oficiales en el extranjero. En cambio la actual normativa constitucional creo que trasluce la confianza mutua que pueden tenerse (o por lo menos lo disimulan muy bien) Morales con Garcia Linera, porque desde que Barrientos moviera la silla a su numero uno, Paz Estenssoro, los Presidentes se cuidaron siempre en tener un Vicepresidente sin poder ni competencias claras, y cuando este intentaba estirar el cuello para no ahogarse en la bulimia y el sopor surgía el "conveniente" sopapo "constitucional" de la primera dama de turno que cuidaba el cargo de su marido.


Y si se diera el caso que un vicepresidente tuviera que asumir en forma permanente la Presidencia entiendo que habria una mayor dosis de eficacia administrativa si el Vicepresidente conoce el día a día de la administracion gubernamental y otorga a una eventual sucesión presidencial una lógica y comprensible continuidad politica a un determinado gobierno al haber sido elegido “en plancha” con el Presidente. Si los electores mayoritariamente votaron a un determinado proyecto o programa político, es una obligación electoral que el Vicepresidente continúe desarrollando el programa que a él mismo le permitió lograr el triunfo electoral de la mano del Presidente. En todo caso el mismo Mesa, que desempeño “el cargo más estupido de todos”, sabe mejor que nadie lo que es ser un outsider y asumir la titularidad para gobernar, en un principio, sin equipo político ni unos fontaneros eficaces que le cuiden las espaldas en la dura tarea de gobernar. Por ello el coadyuvar y el asumir en primera línea de fuego ciertas compentencias y obligaciones gubernamentales, otorgando ejecutividad a la Vicepresidencia, debe ser entendido como la muestra de una deseable aminoración de la desmedida "hiper-presidenciabilidad" que centralizaba, en vez de delegar, todo el accionar político de un gobierno determinado, logrando en muchos casos "quemar" y desgastar antes de tiempo a la figura del Presidente e incidiendo en una administración gubernamental lenta e ineficiente.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

felicidades fast, el articulo bien fundamentado, sinceramente creo que te has comido a carlos mesa el cual ha resultado menos coherente que lo realmente ha pregonado y ha quedado bastante mal parado por ser un iluso ajeno a la realidad, encima para evitar profundizar en el debate se excusa en lo de "coyuntura" y demas mañuderias por el estilo.

Carlos Zamora

Anónimo dijo...

Cuidadin que te lea el "delicado" y Vicepresidente actual!!!